No tengo el dulce aire
De la tuya voz
Ni el poder vivificante
De tu inescrutable mirada
No, no tengo ni tan solo
La certeza de que
En tu soledad me extrañas
Y una angustiante cúpula
Parece coronar martirizante
Mis sentidos, mi alma
Azotándome, allá donde sea que vaya
Para pensarte, para mirarte,
Para buscarte, para delirarte,
Para estar contigo
Y decirte eso que no dije
Transmutando mi amor
En palabras de redención
Y que ahora han degenerado
En pensamientos que canibalizan
Mi sentir, mi espíritu
Ideas verdugas implacables
Que me devastan por dentro
Que son agonía irremediable
Hoy he tomado separación
de mis dependencias tormentosas
de mi gusto por beber
de a pocos la copa de hiel
de tu amor perdido.
De mi necesidad
de enfermar mi cuerpo
con tu omnipresencia acusadora.
Hoy he querido profanar
el avernal santuario tuyo
que hay en mi corazón.
Hoy he tomado
el deseo efímero de una joven.
Uniendo su lascivia
A mi afán de cura
La he tenido, y ella
ha encendido su inquietud
hasta consumirla totalmente.
Pero yo, solazándome
en su pasión,
al final me he apercibido
Con atroz y condenatoria certeza
Que te amo,
Y te necesito más que antes.
De la tuya voz
Ni el poder vivificante
De tu inescrutable mirada
No, no tengo ni tan solo
La certeza de que
En tu soledad me extrañas
Y una angustiante cúpula
Parece coronar martirizante
Mis sentidos, mi alma
Azotándome, allá donde sea que vaya
Para pensarte, para mirarte,
Para buscarte, para delirarte,
Para estar contigo
Y decirte eso que no dije
Transmutando mi amor
En palabras de redención
Y que ahora han degenerado
En pensamientos que canibalizan
Mi sentir, mi espíritu
Ideas verdugas implacables
Que me devastan por dentro
Que son agonía irremediable
Hoy he tomado separación
de mis dependencias tormentosas
de mi gusto por beber
de a pocos la copa de hiel
de tu amor perdido.
De mi necesidad
de enfermar mi cuerpo
con tu omnipresencia acusadora.
Hoy he querido profanar
el avernal santuario tuyo
que hay en mi corazón.
Hoy he tomado
el deseo efímero de una joven.
Uniendo su lascivia
A mi afán de cura
La he tenido, y ella
ha encendido su inquietud
hasta consumirla totalmente.
Pero yo, solazándome
en su pasión,
al final me he apercibido
Con atroz y condenatoria certeza
Que te amo,
Y te necesito más que antes.