Pequeño infierno
Cuando te pienso
Cuando los ángeles me atan
Como a perdido interno
del manicomio cósmico.
El alma extenuada
Cuando mi mente
ansía paz y halla desvarío
Cuando el diablo
se sienta a mi lado
y me habla como
a hermano de tormento.
Cuando mi corazón hastiado
quiere dar aquello
que jamás fue suyo
para escapar de esta vida flagelante.
Negros bosques
Apagados por Hades
Cantos blasfemos y llorosos
Ninfas, duendes y caballeros
Todos malditos,
exudando su inasible tribulación.
Yo camino en ese más allá...
A veces,
habito más ahí que
en mundo de hombres.
Tormento y dolor
Amargura y pesar
Remordimiento y culpa
Terror y odio
Sal y azufre
que castiga
la piel etérea de mi espíritu.
Entonces es cuando
la desesperación
mata a la conciencia
y la conciencia agonizante
quisiera matar toda esta vida
mas no le está permitido.
Sal y azufre
que adereza el castigo
de mis propias cuitas
Alas demoníacas
que me crecen detrás
No para elevarme
sino para descender
más adentro
en el oscuro Tormento,
donde el horror
del Tártaro es
más vivo y certero.
Y sé que he de salir
Mañana,
o al próximo respiro.
Mas la pena
de no tener patria
No pertenecer
ni a los hombres
Ni al cielo ni infierno
perdura todavía.
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